Un planeta debajo del agua.

Artículo inspiracional.

Mildred Heredia

2/21/20242 min read

Respira profundo.

Se siente bien ¿no? ¿Sabías que la mitad del oxígeno en ese respiro proviene del mar? Así de cerca estás del océano. Y sin embargo, a veces sentimos como si fuera un ecosistema que no tiene nada que ver con nosotros. Pero, ¿y si borráramos ese prejuicio de nuestra mente?

Imagina que nadas junto a un tiburón ballena, con mucho respeto y sin intervenir en su ruta. Puedes ver cómo de vez en cuando te arroja una mirada con sus diminutos ojos mientras continúa nadando tranquilo. Estar junto a él te hace sentir cómodo, en paz, con un sentido de pertenencia, como si estuvieras en casa. Estás tan inmerso en esta experiencia que incluso olvidas que estás bajo el agua. Ambos se permiten coexistir en equilibrio y armonía. Puedes apreciarlo sin prisas y sin miedo: observas los patrones y el color en su piel, el movimiento de sus aletas, como si estuviera acariciando al mar mismo. Este tiburón ballena te está enseñando cómo estar presente, cómo mostrar respeto y cómo confiar.

Creas una profunda conexión con esta magnífica criatura que no puedes explicar. Nada puede interrumpir este momento. Ni siquiera tus miedos. Todo es perfecto.

Esto me sucedió en una de mis visitas a este majestuoso animal. Es totalmente posible vivirlo de esta manera, y eso depende más de nosotros que de él.

Pensar que estos maravillosos seres habitan el mismo planeta que nosotros me parece impactante. Y es que en México, el país de donde vengo, somos muy afortunados: hay ballenas amamantando a sus crías que acaban de nacer, mantarrayas saltando sobre la superficie, bancos de peces revoloteando en inmensos torbellinos, la bioluminiscencia transformando el mar en un espectáculo radiante por la noche, barcos hundidos transformados en arrecifes llenos de vida, y un sinfín de milagros más.

Me sorprende que todo esto esté sucediendo a la par de estar atrapados en la rutina diaria: estancados en el tráfico, deambulando por centros comerciales ó buscando qué ver en Netflix. Milagros invisibles están sucediendo todos los días en este maravilloso planeta... y no los estamos apreciando. Ni protegiendo.

Verás, lo que existe bajo la superficie no es un océano Es un planeta entero, con sus propios misterios y su propia dinámica. ¿Por qué no nos estamos asomando a ver qué hay debajo del agua? Es triste que incluso estamos dañando un ecosistema que ni siquiera hemos terminado de explorar, mucho menos de comprender. Es por eso que te quiero invitar a que reemplacemos el “le tengo miedo” por un “le tengo respeto, amor y confianza”. Sí, confianza. El mar cura pero el que decide si permite que eso pase es uno mismo. Si la naturaleza está sana, te sana a ti. ¿Lo has experimentado? Cuando el mar te sostiene, el agua te acaricia, su sonido te relaja y logra apaciguar tu mente haciendo que las preocupaciones comiencen a hacerse tan pequeñas. Estás tranquilo porque estás en casa: tus ancestros vinieron del mar. Tus células tienen memoria. Hagamos que nuestro corazón también la tenga. Dejemos los prejuicios en tierra firme. Animémonos a explorar, apreciar y proteger nuestro preciado planeta submarino.